lunes, 7 de diciembre de 2015

Diciembre.

No sé qué tiene de especial estas fechas, que hace que te recuerde con más intensidad.
Quizás la alegría de ver las luces titilar, o esas ganas tontas de bailar que tienen mis pies cada vez que la música suena.
La vida brillando en los ojos de los niños, con sus sonrisas de oreja a oreja mientras corren de una esquina a otra para que mamá no los pille.
Niñez, juventud y vejez se unen, olvidándose por un momento los absurdos prejuicios y horarios atareados.
Las noches se alargan y todos miramos al cielo buscando el deseo que no nos fue concedido, y entre estrella y estrella dibujo una escalera que me lleve arriba donde tu estás, y entonces te veo, te encuentras de pie en el rincón más apartado y... ¡Díos mío, hasta pareces real!
Juro que pude sentir tu aroma, la malicia de tu mirada y ¡cielos! hasta escuché el sonido de tu risa diciéndome ven.
Y fui, y caminé, y corrí a tus brazos, con lágrimas en los ojos grité y supliqué que por favor volvieras, que tu ausencia cada vez se hace más presente, que Diciembre perdió su magia desde que decidiste partir.
Casi se me salé el corazón del pecho cuando tu mano acarició mi mejilla ''¡vive, por favor, vive y hazlo por mi!'' esas fueron tus palabras antes de desvanecer.
Y entonces me desperté, con una taza fría de café en mis manos y un cigarro tan consumido como mis ganas de encontrar una manera de soportar otra navidad sin ti.




Ocho de diciembre del quince.
01 | 16 a.m.
Collie. 

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miércoles, 18 de noviembre de 2015

Mi única excepción.

Te amé.
Si.
Suena raro que palabras tan grandes como estas salgan de mi boca, ¿verdad?
Pero es que ya no puedo negarlo más, si no tengo la libertad para gritarlo... al menos lo escribiré.
Dime, ¿cómo lo haces?
Vas por ahí soltando palabras bonitas, vendiendo ilusiones y regalando caricias con una facilidad como si de respirar se tratase.
No te importa que en el camino halla algún corazón débil y roto que se crea tus mentiras.
Por un momento volví a vivir, pensé en darlo todo y decirle adiós a mi barrera, fui otra persona, fui todo aquello que jamás me permití ser, el color regresó a mis mejillas y hasta sonreía, joder, era feliz... era.
Por ti renuncié a la oportunidad que tenía de no estar sola, de cambiar y caminar al lado de la mano de alguien.
Rechacé cariño, besos y amor por conversaciones clandestinas, por miradas furtivas, por besos a escondidas...
Y total, ¿para qué? Si tu juego acabó, y yo terminé más vacía y fría que nunca.
Me pregunto si alguna vez hubo algo de sinceridad en tus palabras, pero dices te quiero tan a la ligera que empiezo a creer que ni sabes lo que es.
Abusas del amor, juegas con su significado.
Nunca te importé y ya lo tengo más que asumido.
Si, me rompiste el corazón y no voy a negar que todavía, a veces, albergo la esperanza de que lo nuestro se pueda dar, de que por fin seas valiente y te decidas a amarme, sin que los demás importen.
Pero cariño, eres la cobardía hecha persona y  mi orgullo es tan grande que nunca escucharás salir estas palabras de mi.
Nunca me oirás reconocer que por ti me muero, que si no es contigo, no quiero estar con nadie.
Gracias por ayudarme a conocer partes de mi que ni sabía que existían, gracias por la sonrisas que me sacaste, por tu tiempo, por tu voz y tus besos, gracias porque, a pesar de todo, de lo fugaz y poco duradero, dejas recuerdos muy bonitos que nunca podré olvidar.
Con dolor y lágrimas en mis ojos, renuncio a ti y a la estúpida idea de que algún día querrás estar conmigo de nuevo.
Se que es imposible que leas esto pero adiós, tratarte como un amigo más me está matando y prefiero marchar, que tener que seguir fingiendo que ya no siento nada.
Te amé sin medida, te amé hasta quedarme sin nada.


Dieciocho de noviembre del quince.
11 | 18 a.m.
Collie.

lunes, 10 de agosto de 2015

Lunes.

Hoy necesito pensar.

No quiero compañía, sólo caminar.

Tengo una cita con mis emociones, a ver qué nuevo desastre pretenden comenzar.

Hoy no quiero sonreír, fingir que soy feliz.

Hoy quiero jugar al escondiste, irme al bosque donde la ilusión del Amor no pueda encontrarme.

Soledad y yo hemos quedado para hablar, me abraza y me dice que ella siempre estará.

Tristeza me coge de la mano, le echa la culpa a mi corazón por haberla abandonado.

Me suelto de ambas y salgo corriendo, pero ellas gritan ansiosas:

''¡Volverás con nosotras, ya verás, siempre vuelves!''

¿Y qué puedo decir yo? Si ellas tienen razón.

Tropiezo de frente con el Miedo, todo mi cuerpo convulsiona en temblores y caigo, caigo en un pozo de oscuridad.

No quiero abrir los ojos y abrumarme con la cruel realidad.

Como el movimiento de las hojas bailando bajo el viento, se acerca caminando suavemente Tranquilidad y en un quedo susurro vuelve a mi la paz.

Pero Desasosiego odia a su hermana Tranquilidad, y furioso y vengativo golpea mi estabilidad.

Reitero, ya no quiero pensar.

Me arrepiento, vuelvo con Soledad.



Diez de agosto del quince.
23 | 03 p.m.
Collie.

















lunes, 27 de julio de 2015

A quien se va para no volver pero que siempre estará en mi corazón.


No importa cuantas veces me desangre al reabrir mi herida para escribirte una vez más,
no importa lo mucho que duela recordarte si con ello, aunque sea por un momento, puedo hacer que vuelvas conmigo.
No importan las madrugadas que pase llorando gritando tu nombre, no importa las veces que desee estar muerta para ir corriendo a buscarte.
No importa que mis pies no hayan podido soportar el temblor de mis piernas, no importa que mi corazón parezca detenerse cuando reconozco algunos de tus gestos en otra persona.
No importa que en sueños te vea pero no pueda atraparte. No importa que me deje la voz diciendo una y otra vez que jamás me arrepentiré del tiempo que pasé contigo, que te necesito, que sin ti me duele hasta respirar.
No importa que jamás pero jamás pueda llenar el vacío que dejaste en mí, no importa que se haya apagado uno de los motores de mi vida y que ahora no sepa qué hacer si el sonido de tú risa me motivaba a seguir.
No importa que el no poder abrazarte me desgarre tanto por dentro, no importa que me haya olvidado de sonreír, no importa que cada día me rompa un poco más.
No importa que el silencio me atrape, que la oscuridad me ahogue.
No importa, nada de esto importa.
¿Y sabes por qué ? Porque a pesar del dolor, del llanto, a pesar de no pueda mirarte ni sentir tu piel, a pesar de las críticas y los reproches, a pesar de que te hayas ido para no volver, siempre, siempre estarás vivo en mi corazón, donde permanecerás intacto.
Y eso es algo que nada ni nadie podrá cambiar.

Veintisiete de julio del quince.
22|42 p.m
Collie.


viernes, 26 de junio de 2015

La tormenta y el desastre.

Se esconden las palabras que nunca me dijiste en algún lugar dentro de mí, haciendo que mis latidos se descarrilen, volviendo a ser aquel huracán sin tempestad.
Y es que desde que tu voz ya no acaricia mi nuca, quedaron mis versos en bancarrota y mis labios tan fríos como lo está ahora mi alma.
Hacías de esta vida un respiro más apacible, mientras entre larga risotadas nos burlábamos de la muerte, y de su inútil intento de separarnos, pero ni tú eres Ulises, ni yo Penélope, y te marchaste hipnotizado con su falso canto, llevándote a su vez lo único bueno que quedaba en mí.
No tuviste suficiente con irte dejándome desolada, y hoy me torturas con la veracidad de tus recuerdos, como si aún estuvieras aquí, conmigo, como si pudieras salvarme de saltar al vacío...
Me decidí a amar, a sabiendas de que no te quedarías, pero naufragué al enamorarme de tus ojos tan profundos como el propio mar en el que ahora me estoy muriendo.
Fuimos las ganas de encontrar algo que nos hiciera sentir mejor en las ruinas de este mundo, fuimos dos corazones rotos siendo felices por un momento, fuiste el rayo que iluminó mi cielo, pero que se fue tan rápido como apareció.
Soy el desastre que no sabe sobrevivir sin ti,
y tú la tormenta que acabó con ambos.

Veintiséis de junio del quince.
22|42 p.m.
Collie.

sábado, 30 de mayo de 2015

Giacomo, quizás.

Un día, mientras intentaba reparar las heridas de mi averiado corazón, entre ecos lejanos escuché una voz, quizás el sonido más placentero con el que mis oídos hayan tenido la oportunidad de deleitarse, con firmeza y tranquilidad decidí caminar hacia ella pero cuanto más me acercaba, menos sentido tenía todo y de una forma casi hipnotizante, a una velocidad imperceptible, me extravié en la fogosidad de sus palabras, el encanto de sus versos me anonadaron de tal manera que, desde ese instante supe que jamás volvería a encontrarme.
Nuestros labios bailaron una lenta balada de amor, y mis manos recorrieron ansiosas su cuello y aunque sus besos sabían a despedida, me refugié en el versátil latido de su corazón.
Desconozco su nombre, desconozco de su vida... tan solo sé que tiene una peculiar forma de caminar, que le sobra labia para enamorar, y que todo él es una adicción.
Mío no es, pero de la Luna tampoco será, me regocijaré de su joven canto y le entregaré escrita en hojas arrugadas la intensidad de mi alma.
Lo miraré despacio, poco a poco, recorriendo sus secretos y disfrutando de sus silencios. Lo admiraré mientras lo deseo, antes de que conquiste otros mares y sea demasiado tarde para desengancharme de su aroma.


Treinta de mayo del quince.
23|47 p.m.
Collie.

lunes, 27 de abril de 2015

Corazón a medio coser.

¿Dónde estás tú?
Que llevo seis inviernos esperando tu mirada.
¿Dónde estás?
Que se me secan los labios y se fatigan mis dedos 
de tanto escribirte.
No hay corazón tan disparatado que aguante tan apesadumbrado sentimiento,
ni piano capaz de hacer sonar tan pesarosas melodías.
No existe nadie tan irracional,
que ame tan desesperadamente
a alguien que no conoce
ni quedamente.
Tengo el corazón a medio coser,
latidos dubitativos, 
poemas heridos.
¿Dónde estás tú?
Que la lluvia parece calarme hasta los huesos,
robándome versos 
tan temerosos
como mis besos.
¿Dónde estás?
Que Abril parece agotarse
y no esperará por nadie.
Escapan mis palabras y corren a buscarte
antes de que mañana sea demasiado tarde
para volver.
Tengo miedo de que seas tú, el primero.
Tengo miedo de volar y quedarme sin cielo.
Tengo miedo de que me conozcas
y no ser lo que creías.
Pero
aun así,
no huyas que
aunque yo sea un desastre
tengo una mirada sincera
y muchos, muchos versos
para regalarte.




Que mirada tan bonita,
que color tan hipnotizante.
22|47 p.m.
27.04.2015
Collie.










miércoles, 15 de abril de 2015

Salvación.

Tengo el corazón acongojado por miles de derrotas.
Tengo batallas dibujadas en mi piel, la palabra amor atorada en mi garganta, la última tormenta de Abril en mis ojos.
Tengo tanto que me quedo sin ti.
Necesito  huir y volar, quiero palpar el sonido de la libertad en mis pestañas, quiero gritarle al viento hasta quedarme sin alma.
Quiero dormir en el regazo de algún árbol, y soñar, soñar que recuperé mi sonrisa de las pirañas.
Caí en el laberinto de los intentos fallidos, cada paso que doy parece ser el definitivo pero aunque el pulso me tiemble y el aliento me falte, seguiré dedicándote mis noches de hastío hasta la madrugada, seguiré escribiéndote cada verso que me ayude a encontrarte, seguiré trazando cada amanecer que me lleve hasta donde tu voz pueda salvarme de otra batalla que despierta en mis venas pero que nunca termina.
Estoy tan perdida y hace tanto frío aquí que se me congela hasta el habla, el dolor me nubla, tropiezo y caigo, me rompo y sangro. Confundo espinas con bellas flores y corro y las abrazo.
Me están matando.
Esperé a quien nunca me correspondió al mismo tiempo que me ahogaba en mares de sangre que producían mis ojeras, pero mientras mi cuerpo era llevado por el ritmo fúnebre de la marea, por un momento pude escuchar tus labios suplicando por mi vida, y entonces supe que aún no era tiempo de partir.
Y es que todavía tengo una batalla por combatir y una guerra por ganar.

Respirar.

Luchar por encontrarte, mi grito de guerra favorito.

Vivir.

Dos noches de palpitaciones alteradas y sueños rotos.
Collie.
01|01 a.m.

lunes, 23 de marzo de 2015

Ser... o no ser.

He oído tantas veces el sonido de sus zapatos,
no sabe si caer o no volver.
He sentido tantas veces el frío cortando mi piel,
no sé si volar o nacer.
He tropezado tanto con las gotas de lluvia,
no sé si congelarme o crecer.
Dejé de dormir por contar lapiceros,
no sé si soñar o... correr.
Tuve miedo de la noche y saltó dejando caer sombras a cada paso,
no sabe si seguir o perecer.
Conocí el sabor de sus labios,
dibujé el contorno de sus manos,
debería huir o perder.
Lloró por la primavera,
sonidos de Luna,
cielos de estrellas.
Quizás tendría que parar de beber... o dejar de querer.
Me dijo que me dejara amar y
me ahogué.
Aprendí a coser
heridas
versos
cenizas.
Aparecer o desvanecer.
Abrazar o romper.
Vivir
Ser
cantar
viajar
Ya no sé qué hacer.

Veinticuatro de marzo del quince.
1|03 a.m.
Collie.

lunes, 9 de marzo de 2015

Huyamos.


Te veo yacente en un cristal de luna.
Veo tus pestañas desvanecer y tus manos tiritar.
Tan pequeña, tan indefensa; cobijada por las sabanas de tu melena azabache.
Te escucho tartamudear a cada caricia que amenaza con derribar tu coraza.
Tus preciosos ojos dudan, huyen, llueven.
Te escondes entre copos de nieve y cielos de silencio.
¡Oh, condenado sea el día en el que confundí los latidos de tu corazón con el hermoso cantar de los pájaros!
¡Oh, que desdicha la mía! 
¡Ven, amor mío, ven y huyamos juntos de mi!
Veo tus mejillas impregnadas de rubor de rosas, tus dedos de pianista, tus labios llenos de arte.
Te abrazas al viento y tu aroma trae el recuerdo de mil primaveras a punto de florecer.
¡Cómo puede tu piel esconder tantas heridas e inspirarme a escribir vida!
¡Cómo puedes ser tan fría y aún así provocarme estos deseos ardientes de plasmar tu figura para siempre en mi memoria!
Dime, cielo mío, ¿qué es lo que tienes que allá dónde todo es negro, solo veo paraíso?
Contemplo tu cuerpo dejándose llevar por la marea,
te veo exhalar un último suspiro,
la noche te perece, las estrellas caminan por tu ombligo,
te veo a ti
siendo derrotada por Roma.

Tres de marzo del quince.
01:03 a.m.
Collie.




sábado, 28 de febrero de 2015

Sirena

Sirena tu, piel morena,
vestida con los ropajes de la Luna llena.

Me preguntaste por qué volví
entonces las palabras se estancaron
entre mis labios y mi mente
y aunque el amor nos tenía frente a frente
fue entre mis párpados donde te vi.

Al fin mis palabras intrépidas
se aventuraron al abismo
entre mis labios,
olvidado siempre presente.
Resurgirán, creéme
de las raíces de la tierra
en aroma de flores,
en burbujas de peces
que al respirar sienten
la inmensidad de tus llantos
mezclados con las tragedias
de mis poemas,
esos que traen y llevan
un navío
en un océano nuevo
de tus labios perdidos.

Quién pensaría que esos recuerdos
me llevarían a ese mar
inmenso de rocas por costa
y oleaje con música de beso
que me impregna de eso
que dijiste una tarde de invierno:
''Nunca es tarde para ser
lo que debemos hacer,
siendo lo que hacemos''.


Piel morena, palabra inquieta:
las gotas del atardecer
se precipitaron como sangre
de lluvia y de pronto
eran máculas en mi piel
de algodón,
aunque para mis labios la hiel
nunca nos visitaba tarde.
Por entonces, hasta siempre,
enterrada entre las piedras
de tu alma que esconde el coral
adornado con peces como collar.

Tantos eran los recueros... caían
se precipitaban de mis párpados
a mis labios formando cascadas
de película en cintas transparentes.
Clak, click, puck, puck. Boom
Una estrella detrás de otra.
Ya teníamos canción
-Boom... bmmm...bmmm-
risas y dolor
sangre y flor
tragedia y verdad
en fin, todo lo que esconde el amor
es tu risa y tu andar,
mi algodón, tu sangre,
nuestra amistad
que hace 365 días no tenía un mañana.
Tan solo un vaivén
de recuerdos que traían
tu voz alegre
arrancada de la niñez.

Esperaremos por siempre,
aunque no existan.
No respiren, no florezcan
tales flores que traerán
la primavera con sus lluvias,
tormentas y arcoiris.
¿Acaso tu perfume a mora?
Aromas
con potencia de terremoto
que me trasladan a esa tortura
que mis huesos
tienen miedo a sentir
si  me vuelves a preguntar
por qué volví.




Fue un golpe de suerte el conocerte y más fue reconocerte entre la oscuridad del círculo añil entre mil perlas reflejadas en el mar, cuando lo único que anhelabas era un cielo donde volar.




BY: KRL

-Últimos días del segundo-
2015

jueves, 26 de febrero de 2015

Cuando creía que llovía.

En el sortilegio de la noche;
Me tocaba armoniosos acordes, acariciaba cada tecla, cada nota en mi piel
fue frustrante despertarme y darme cuenta de que no fue más que una ilusión
una traición de mi subconsciente, un vano intento de abandonar la realidad.
Sus manos eran tan ásperas y delicadas como las hojas de un prodigioso libro,
sus labios, la cárcel de mis suspiros.
Lo que más me gustaba era observar su embelesante rostro, poseía de una mirada capaz de desarmarme por completo, de desnudarme y de trastocar mi existencia en un absurdo.
Sin embargo, ¡cómo no caer rendida ante las olas de semejante océano encrespado.!
¡Y pobre de mi! que me embaucó con la suavidad de sus palabras, con el sonido armonioso de su voz, que me hacía suya con soplarme los cabellos y susurrarme poemas de tierras lejanas, de poetas que escribían de lo imposible, de deseos que jamás lograría alcanzar si no partía al alba abrazada a su espalda.
¡Y ya ni hablemos de su frialdad! De cómo esta me excitaba hasta lo inconcebible, hasta quemarme, hasta conseguir que mi sangre hirviera.
Disfrutaba viéndome caer en sus redes, sabía que era vulnerable ante sus besos y se aprovechaba de ello, me besaba las heridas que el mismo surcó y después se marchaba abriéndolas de nuevo.
Lloré mares cuando le vi regalándole rosas a una sirena, lloré, grité, cuando supe que no clavaría más espinas en mi piel, lloré porque, a pesar de que me hacía más mal que bien, era la única droga sin la que no estaba dispuesta a vivir.
Lloré porque el náufrago de mi derrota está inmerso en otras aguas.
Y le amaba.
Y desperté creyendo que llovía.


Veintisiete de febrero del quince.
2:05 a.m
Collie.



jueves, 12 de febrero de 2015

Solo sabéis distinguir la dureza de mis ojos.

A 355 días de naufragios, de temblores de pestañas, las penas volvieron a ahogarme, sangre inunda afiladas rocas de agua salada, el fondo de este océano escuece mi alma.
De mis cicatrices agrietadas crecen ráfagas de viento que se mecen como olas, olas repletas de coraje y culpa.
En la cima de la nube vuelo como una mariposa con el ala rota, dando tumbos de un lado para otro, cayendo en bellos rosales y clavando espinas por doquier en mi débil cuerpo.
Me perdí, me perdí en innumerables bosques de letras, me perdí en la oscuridad de grandes libros, me perdí y...  no me sé el camino de vuelta a casa.
El tiempo pasa y me dibuja ojeras, caen de mi pelo estrellas como copos, empezó a llover y no tengo zapatos.
Aprisionada por el propio muro que yo forjé, golpeada y abandonada en una esquina de papel, humillada, derrotada por mi propia estupidez, exhausta, fatigada de mi inutilidad,
sola,
atormentada,
me di cuenta de que...
no soy nada.

Carezco de valor alguno, carezco de habilidades predominantes, carezco de fortaleza y de físico de musa. Carezco de gracia, de risa, de belleza. Carezco de vida, carezco de atracción.

Tan solo poseo una mirada capaz de expresar hasta el mismísimo infierno, de unos ojos que, hasta el momento nadie ha podido descifrar, y que cansados ya, se apagan, se desvanecen.
Dos puntos negros que no se atreven a revelar la tristeza y el dolor que se esconden en ellos, dos puntos negros que temen, que huyen de su oquedad.

Y de un cuerpo que, cada día pesa más.




Doce de febrero del quince.
23;52.
Collie.

domingo, 1 de febrero de 2015

Son días.

La verdad:
Ya no le veo sentido a la vida. Quizá sea una cometa que se mueve donde le dirige el viento. No pienso que la música me entiende. Soy más de pensar que soy yo la que entiendo y la elijo. Y sé que tenemos diferentes gustos. La gente tiene gustos distintos a los míos y los respeto, aunque el cantante sea un puto cabrón y follador de mierda. Si te gusta y eres feliz...
¿Pero  mi música te hace daño?
Tu escuchabas Heavy Metal a mi edad. 
No sé que puto problema ves que yo escuche Rap.
A que me vista así. Sí, ya sé que vistes más formal ...
Mi ropa no  me incomoda, Quizá esto se vaya, o quizá no. Ojalá se quede para siempre.
Quiero y necesito que entiendas que esta ropa no me lastima. No eres tú quien la usa.
Si le molesta a tus ojos, pues ea...
Yo soy feliz. No soporto tus ojos mirándome con desprecio cuando entro así  por la puerta de casa.
¿No lo entiendes? ¡Me desespera!
No sabes lo que es llegar a casa y que me traten como si fuese el ama de llaves. ¡Joer!
No tengo por qué ocuparme de tus asuntos. Acepto que no tengas tiempo.
Pero, estás malgastando el mío. Soy joven.
Intento disfrutar de todo lo que puedo y debo.
Pero no, ya no puedo más con esto.
Tengo que salir de aquí. ¿Tengo que pasarme la vida así, llevando bolsas pesadas de la compra de un lado al otro mientras tu duermes?
Déjame hablar un rato, déjame expresarme y deja que mi sufrimiento vea el brillo de tus ojos.
Convierte tus ojos en cálidos cuando te lo cuente. Quiero y necesito contártelo, que estés ahí y lo comprendas. Que me abraces y me beses en la frente diciendo un TE QUIERO realmente sincero y diciendo que lo sientes. Que todo va a ir bien. Que es verdad lo que dices. Ojalá y eso fuera cierto.
¿Ves ahora porqué no te cuento nada? ¡Por el amor de Dios!¿Es que acaso estás ciega?
Sufro. Estoy sufriendo por tu culpa. Esto es agobiante.
Tal vez si llorar fuese suficiente para que ese agobio por fin se marche...
No me haces  caso.
¿No te importa lo que te cuento?
Déjame contártelo y sentir que tus ojos por fin se tornan cálidos.
Por favor, déjame contarlo y préstame atención.
Déjame sentir que tus ojos me comprenden.
Por favor. Quiero sentirlo. Al menos una vez.
Déjame pensar que  tengo otro pilar en el que apoyarme para no desvanecer, para no fracasar.
(Mamá)
Déjame mostrarte que soy un ser humano.
http://papelesporescribir-bykrl.blogspot.com/2013/03/son-dias.html


By:  KRL
12.Marzo.2013
22:15h
Para Collie.


miércoles, 14 de enero de 2015

Por si algún día decides ir a buscarme y no me encuentras, inténtalo…

En mis noches de desvaríos, de tristezas que matan y heridas que nunca cierran;
en mi dolor incesante,  de esos que traspasan la piel, los huesos rotos y el alma perdida.
En el frío que desprenden mis palabras, de escritos sin terminar y hojas rotas por el desasosiego;
en la última carta de un suicida, de gritos suplicando ayuda y muñecas rasgadas por el filo de la vida.
En el alcohol que me hace recordarte, de te quieros nunca dichos y miradas que no volverán a buscasen;
en el abrazo no correspondido, de cigarros pensando tu nombre y cenizas ocultas en el aire.
En el amor que me fue arrebatado, de promesas incumplidas y horas de llantos;
En las olas golpeando las rocas, en las nubes llorando por el cielo, en el cielo oscureciéndose cuando el Sol se va, en el Sol huyendo de la Luna, en la Luna sola, así, como yo, sin estrellas.
En la música.
En la alegría que pocas veces sentí.
En la vida y en la muerte,
En mi locura y cordura.
En la guerra y la paz.
En el fondo del abismo, en la cima del éxito.
En algún lugar lejos de este mundo.


 Catorce de enero del quince.
14:52.
Collie.