miércoles, 18 de noviembre de 2015

Mi única excepción.

Te amé.
Si.
Suena raro que palabras tan grandes como estas salgan de mi boca, ¿verdad?
Pero es que ya no puedo negarlo más, si no tengo la libertad para gritarlo... al menos lo escribiré.
Dime, ¿cómo lo haces?
Vas por ahí soltando palabras bonitas, vendiendo ilusiones y regalando caricias con una facilidad como si de respirar se tratase.
No te importa que en el camino halla algún corazón débil y roto que se crea tus mentiras.
Por un momento volví a vivir, pensé en darlo todo y decirle adiós a mi barrera, fui otra persona, fui todo aquello que jamás me permití ser, el color regresó a mis mejillas y hasta sonreía, joder, era feliz... era.
Por ti renuncié a la oportunidad que tenía de no estar sola, de cambiar y caminar al lado de la mano de alguien.
Rechacé cariño, besos y amor por conversaciones clandestinas, por miradas furtivas, por besos a escondidas...
Y total, ¿para qué? Si tu juego acabó, y yo terminé más vacía y fría que nunca.
Me pregunto si alguna vez hubo algo de sinceridad en tus palabras, pero dices te quiero tan a la ligera que empiezo a creer que ni sabes lo que es.
Abusas del amor, juegas con su significado.
Nunca te importé y ya lo tengo más que asumido.
Si, me rompiste el corazón y no voy a negar que todavía, a veces, albergo la esperanza de que lo nuestro se pueda dar, de que por fin seas valiente y te decidas a amarme, sin que los demás importen.
Pero cariño, eres la cobardía hecha persona y  mi orgullo es tan grande que nunca escucharás salir estas palabras de mi.
Nunca me oirás reconocer que por ti me muero, que si no es contigo, no quiero estar con nadie.
Gracias por ayudarme a conocer partes de mi que ni sabía que existían, gracias por la sonrisas que me sacaste, por tu tiempo, por tu voz y tus besos, gracias porque, a pesar de todo, de lo fugaz y poco duradero, dejas recuerdos muy bonitos que nunca podré olvidar.
Con dolor y lágrimas en mis ojos, renuncio a ti y a la estúpida idea de que algún día querrás estar conmigo de nuevo.
Se que es imposible que leas esto pero adiós, tratarte como un amigo más me está matando y prefiero marchar, que tener que seguir fingiendo que ya no siento nada.
Te amé sin medida, te amé hasta quedarme sin nada.


Dieciocho de noviembre del quince.
11 | 18 a.m.
Collie.