jueves, 28 de abril de 2016

Remember: Depression can be cured.

La depresión se apodera de ti silenciosamente.
Al principio tienes problemas con las cosas pequeñas, pero luego eliges ignorarlas.
Es como una jaqueca, te dices que es temporal, que pasará.
Es solo un mal día.
Pero no lo es, estás atascada en este estado mental.
Te acostumbras a usar una máscara social y a vivir entre los demás porque es lo que tienes que hacer.
Es lo que los demás hacen.
Pero el problema no desaparece.
Te esfuerzas por actuar todos los días y empieza a costarte más y más.
Allí es cuando comienzas a caer más profundo y es entonces cuando empiezas a alejarte de amigos y familia.
A veces ignorándolos por completo.
Todas las satisfacciones desaparecen.
Las pequeñas cosas que solían hacerte feliz ahora son insignificantes.
Incluso las cosas simples se vuelven dolorosas.
Por eso es que no tienes motivación.
¿Por qué continuar haciendo cosas si nada te hace feliz?
Todo esto te hace sentir incluso peor y te ves atrapado en un circulo vicioso.
De pronto te das cuenta de que estás viviendo en cámara lenta.
Los días son indistinguibles... Solo ruido blanco... una pesadez que llena tu mente y se reparte por tu cuerpo.
Sientes que nunca volverás a ser feliz.
Sigues alejándote y destruyendo relaciones.
Estás avergonzada por todo lo que has hecho y lo que no has hecho.
Hay una parte de ti que quiere arreglar las cosas.
Un impulso positivo  repentino que te hace querer salir y conocer personas, pero no dura mucho porque sabes que de todas formas no funcionará.
Las cosas que emocionan a tus amigos te dejan indiferente y te deja consciente de la brecha que hay entre tú y ellos.
Otro fracaso no es una opción así que eliges estar sola, donde te sientes segura, donde nadie te hace preguntas.
La baja autoestima y la falta de propósitos se vuelven insoportables.
Finalmente te das cuenta de que no puedes continuar así y sucede una de dos cosas:
Decides buscar ayuda o puedes que intentes suicidarte.


https://www.youtube.com/watch?v=iZy7gP79PyI